Yeshua nos legó el ministerio de la reconciliación y esta reconciliación implica reconciliar los cielos y la tierra. Es reconciliar en forma intergral al hombre con su Creador
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Qué significa judaizar?
JUDAIZAR
Judaizar
aparece una sola vez en la Biblia (Gal 2.14). Esta palabra se ha usado por el
anti semitismo, anti judaísmo, anti Torah, anti hebreo y anti Israel, para
defender posturas cristianas; es uno de los términos más mal interpretados y
mal usados de las Escrituras.
Judaizar
se lo toma como opuesto a la Gracia y se ha vuelto un paradigma el hecho de que
quien
judaíza automáticamente cae de la gracia,
pero este es un concepto occidental de la palabra judaizar. También judaizarse
lo relaciona con el hecho de guardar o practicar costumbres judías, este
concepto es de origen católico romano y nace a partir del siglo III de nuestra
era, los líderes de origen gentil tomaron actitudes antijudías radicales para
diferenciar entre cristianismo y judaísmo. Estos líderes habían declarado que
ningún cristiano se junte con judíos ni practique ritos judíos.
El
pueblo israelita siempre ha sufrido ataques por guardar las leyes de Yahweh y
esto es lo que los ha hecho aborrecibles ante los impíos y grupos religiosos y
gobiernos que han surgido a lo largo de la historia de la humanidad.
I.
Qué
es realmente judaizar?
Mencionaremos algunos ejemplos, de este
pensamiento antes de que la carta a los gálatas fuese escrita:
Alejandría en el siglo III a. C., Alejandría era el hogar de la mayor comunidad hebrea
en la diáspora del mundo durante este período y el lugar donde la Septuaginta, traducción
griega de la Biblia hebrea, fue creada. Manetón,
historiador y sacerdote egipcio de esa época, escribió refiriéndose de forma
humillante sobre los hebreos. Consideraba a los hebreos descendientes de los hicsos
usurpadores, tribu de leprosos y decía que fueron echados por sus sacrilegios y
su impiedad. Los describía como seres retardados, leprosos; a quienes en
determinadas épocas los egipcios arrojaron de su país por el temor de que
contaminasen su población.
Personajes tales como Queremón de Alejandría, Lisímaco, Posidonio, Apolonio
Molón, Apión y Tácito, tenían
esta misma forma de pensamiento y odio al pueblo hebreo.
Agatárquidas de Cnido puso en
ridículo las prácticas de los hebreos judíos y lo "absurdo de su
ley", burlándose de la forma en que Ptolomeo
I logró invadir a
Jerusalén en el año 320 a. C. como consecuencia de que sus habitantes estaban
honrando el Shabbat y no se defendieron
porque era día de reposo.
Antíoco IV Epífanes aproximadamente entre
167-170 a. C., dio uno de los primeros decretos en contra de la Ley del pueblo
hebreo, al prohibir la práctica del shabat, la circuncisión y la lectura de la
Torah, lo cual dio origen a la
revolución de los Macabeos en
Judea.
El deicidio o
asesinato de Dios,
es el mito antisemita más antiguo y el más importante, hasta la irrupción del
actual mito sobre la dominación mundial. Su base está en una mala interpretación de Mat 27:15-25. En este pasaje los habitantes de
Jerusalén liderados por el sumo Sacerdote Caifás le exigen a Pilatos que condene a Jesucristo.
Esto
la gente que odia a Israel lo toma como que Israel al pedir la muerte de Jesús estaba
matando a Dios mismo hecho carne. Este mito del deicidio fue iniciado por Melitón, obispo de Sardes, hacia el año 150: «Dios
ha sido asesinado, el Rey de Israel fue muerto por una mano israelita.»
Durante siglos, esto fue repetido, generación tras generación y, aun dentro del
cristianismo actual se piensa de esta manera.
Para
entender el verdadero significado de la palabra judaizar debemos mirarlo desde
la perspectiva hebrea, ya que fue escrito por Pablo que era hebreo y fariseo
(Hec 23.6).
Para
esto analicemos dos pasajes de la Escritura para entender, lo que era para el
apóstol Pablo significaba el término judaizar:
Hec 10.9-15
9 Al
día siguiente, mientras ellos viajaban y se acercaban a la ciudad, Pedro subió
a la azotea a orar, cerca de la hora sexta; 10 y
le vino mucha hambre y quiso comer; y mientras le preparaban, le vino un
éxtasis: 11 Observa
que el cielo se abre y que desciende un objeto, como un gran lienzo, que es
descolgado a la tierra por las cuatro puntas,
12 en
el cual había de todos los cuadrúpedos y reptiles de la tierra y aves del
cielo. 13 Y vino a él una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Pero Pedro dijo: De ningún modo,
Señor; porque ninguna cosa común e
inmunda comí jamás. 15 Y
la voz le habló de nuevo a él por segunda vez: De ningún modo llames común lo que Dios limpió.
Pedro
tiene la visión en la cual mira toda clase de animales (limpios e inmundos) y
se le ordena que coma, ante lo cual responde que nunca ha comido cosa inmunda,
es decir guardaba totalmente la ley respecto a
los alimentos y recibe una respuesta que hasta hora se la saca fuera de
contexto: no llamar inmundo a lo que Yahweh limpió. Más adelante luego de
analizar los siguientes versículos, veremos a que se refiere estas palabras.
Hec 10.27-29
27 Y conversando con él,
entró y halló a muchos que se habían reunido,
28 y les dijo: Vosotros sabéis
cuán abominable es para un varón judío reunirse o asociarse con un extranjero,
pero Dios me ha mostrado que no llame común o inmundo
a ningún hombre. 29 Por
tanto, vine sin vacilación al ser llamado. Así que pregunto: ¿Por qué causa
me llamasteis?
En
esta porción vemos dos puntos principales:
1. Era abominación para un judío reunirse
con extranjeros.
Esto no está en ninguna parte de la
Escritura, sino por el contrario era una ley rabínica que se había aceptado y
era obligatoria practicarla; debían tener el menor contacto posible con los
extranjeros que los llamaban impuros y si entraban en sus casas los hacía
ritualmente impuros (Jua 18.28; Hec 11.3) y peor aún si comían con extranjeros
(Hec 10.28).
Shamai, junto con Hillel, dos de los
principales maestros de la Torah, odiaba a los gentiles, introdujo 18 medidas
extraordinarias (Talmud Shabbat 13b-17a) imposibles de cumplir para que un
gentil se convierta al judaísmo; fruto de este sentimiento de odio a los
extranjeros de parte de Shamai es que estableció una norma (halajá) en la que prohibió a los judíos entrar en la casa de
un gentil estableciendo que tal acción sería vista como una abominación y
aún prohibió todo tipo de comercio con los gentiles. Por tanto el tener como
inmundo el juntarse con
los extranjeros era una tradición
humana que no consta en la voluntad de Yahweh.
2. Luego de meditar en la visión y
recibir la orden que vaya a casa de unos gentiles (casa de Cornelio), Pedro
concluye que no debe llamar inmundo a ningún hombre, ya que eso contradecía el
mandato de Yahweh. La visión de los animales inmundos no tiene que ver con
comida si no con los extranjeros, ya que los gentiles siempre han estado dentro
de los planes del Eterno.
Hec 10.34-35
34 Entonces Pedro tomó
la palabra y dijo: En verdad comprendo
que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que de toda nación se agrada
del que le teme y hace justicia. (Hec
10.44-48)
Pedro
recibió la revelación de no es pecado ni está en la voluntad de Yahweh el
reunirse, comer y entrar en casa de gentiles, ya que el Señor también los había
purificado y ellos tenían acceso a las promesas y al pacto igual que Israel. El
evangelio de verdad era no hacer acepción de Personas (Deu 10.17; Pro 28.21;
Mal 2.9; Luc 20.21).
Con
este antecedente y la verdad revelada a Pedro, veamos lo sucedido en la carta a
los Gálatas y la expresión de Pablo sobre judaizar.
Gal 2.11-14
11 Pero
cuando Cefas fue a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque era de
condenar. 12 Porque antes que
vinieran algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero cuando
vinieron, se retraía y se apartaba, teniendo temor de los de la circuncisión. 13 Y
los demás judíos se unieron a él en su
insinceridad, de tal manera que hasta Bernabé fue arrastrado por la
hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban
rectamente en cuanto a la verdad del
Evangelio, dije a Cefas delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como
gentil y no como judío, ¿cómo obligas a
los gentiles a judaizar?
Pedro
en Hechos 10, ya había recibido la revelación de que podía comer con los
gentiles y ahora compartía con ellos, sabiendo que esto no era pecado, pero al
venir los de la circuncisión, es decir aquellos que todavía guardaban la norma
de no comer con los gentiles, se apartaba;
tenía una doble moral, una cuando no estaban los de la circuncisión y
otra cuando venían los de la circuncisión y se apartaba de los gentiles (v12),
Por esto Pablo le recrimina por que no andaba de acuerdo a la verdad del
evangelio, sino actuaba con hipocresía, Ya que muchos al ver la actitud de
Pedro de no comer con gentiles, pensarían que eso era lo correcto, Pablo le
estaba recriminando porque observaba tradiciones de hombres, dejando a un lado
la ley del Señor, a esto se refiere cuando dice que Pedro estaba judaizando.
Judaizar
dentro del contexto en que fue escrita la carta a los Gálatas significa enseñar
tradiciones y costumbres humanas que van en contra de la ley de Yahweh.
Judaizar
no es enseñar Torah ni la ley del Padre sino enseñar y vivir costumbres y
tradiciones de hombres; por ejemplo judaizar sería el uso de parte de gentiles
de kipá, sombreros negros y barbas largas, etc. etc.
La
traducción CDG de la Biblia dice con respecto a Gálatas 2.14 lo siguiente:
“Pero cuando percibí que no aplicaban una
medida correcta según la verdad de la promesa de redención dada a los padres
que incluía también a los gentiles, dije
a Kefa delante de todos: ¿Si tu siendo judío hasta comido hasta este día
con los creyentes de origen gentil sin importarte que te acusen de no actuar conforme a la
costumbre tradicional, porque actúas ahora de tal manera que das la impresión
que los creyentes de origen gentil tienen que hacerse judíos para poder comer
contigo”
Judaizar
nunca se refiere a enseñar las leyes del Padre y todo lo que en ella está
escrito, como las convocatorias anuales (Pascua, Pentecostés y Tabernáculos),
shabats, etc.
Ahora
hay mucha tradición humana añadida, ya no desde los rabinos judíos, sino de
teólogos y pastores cristianos y sacerdotes católicos, como cultos el domingo,
matrimonios en las iglesias, navidad, etc. Esto como podríamos llamarlo?
romanizar o gentilizar?
Recordemos
judaizar es enseñar tradición humana como ley de Yahweh, judaizar se refiere a
implementar el uso de las tradiciones de los ancianos de Israel.
II. Reflexiones acerca
de la raíz del cristianismo.
Pascua
es observada por judíos, es una convocatoria dada por el Padre (Exo 12).
Bautismo,
costumbre judía conocida como tevilah (purificación).
El
diezmo es judío.
El
Mesías, es una esperanza judía de un salvador y gobernador que vendría a
establecer el reino de Yahweh.
La
salvación es una esperanza judía.
Los
discípulos de Jesús eran judíos y guardaban la ley.
Pablo
era hebreo que guardaba la ley.
El
shofar lo usan judíos.
La
menorah símbolo de los judíos.
El
Antiguo Pacto o Tanaj es usado por los judíos.
Hay
muchas denominaciones que se autodenominan “pentecostales” y hay un movimiento
llamado Pentecostés; pero Pentecostés es una fiesta observada por judíos, las
demás tribus de Israel y los extranjeros que se unan al pacto.
Con
toda esto, desde el punto de vista occidental, no sería el cristianismo el más
judaizante de todos los movimientos? Ya que sigue un Mesías judío, usan
escrituras judías y observan fiestas judías.
O
no será que estamos negando, por falta de conocimiento y enseñanzas humanas
erróneas, que la verdadera raíz que nos
nutre es Israel ….. Piénselo, medítelo y revise ante todo la escritura.
III. Situación posterior
a Pablo
Los Padres de
la iglesia católico romana, tuvieron expresiones muy duras en contra del pueblo
de Israel, por estas expresiones es fácil de entender que ellos no tenían el
Espíritu Santo, ya que nadie en sus cabales y que ame al Padre y a sus pueblo
elegido pueda maldecir a Israel.
Estos hombres
nunca pueden considerarse padres de los seguidores de Jesús, por lo expuesto
líneas arriba y también porque se nos instruyó a no llamar a nadie padre aquí
en la Tierra (Mat 23.9)
Ignacio de Antioquía (109 d.C.)
Enseñaba
que cualquiera que celebrara la Pascua con los judíos o recibiese emblemas de
esta fiesta judía, se hacía partícipe de los que mataron al Señor.
Tertuliano (160-220 d.C.)
Fue
uno de los cristianos más influyentes de su época, su teología fue formativa de
lo que conocemos hoy como cristianismo. Escribió un tratado titulado «Contra
los judíos» en el cual culpó a todos los judíos por la muerte de Cristo.
Clemente de Alejandría (150-215 d.C.)
Enseñó
que la filosofía griega, y no las escrituras «judías», era la mejor herramienta
para que los gentiles entendieran a Cristo. Usó la filosofía para explicar a Jesús como «Logos»
sería mejor que usando el Tanaj.
Orígenes (185-253 d.C.)
Acusó
a los judíos de ser los conspiradores de la muerte de los «cristianos »y
desarrolló la Escuela de Alejandría como un centro de entrenamiento teológico
que usaba el Método Alegórico de interpretación bíblica como el único válido.
Eusebio ( 263-339 d.C.)
Enseñó
que las maldiciones del Tanaj estaban sobre los judíos y las bendiciones sobre
los cristianos. La Iglesia, según Eusebio era el Nuevo y Verdadero Israel de Yahweh
y que ella había reemplazado al Israel literal en los pactos divinos. La mente de
Orígenes estuvo siempre presente a través de sus discípulos.
Juan Crisóstomo (344-407 d.C.)
Obispo
de la iglesia de Antioquía y el mejor predicador de su tiempo. Enseñó que Yahweh
jamás perdonaría a los judíos y que incluso los odiaba. Enseñó que era un deber
cristiano odiar a los judíos. Los judíos para Crisóstomo eran los asesinos de
Cristo y adoradores del diablo. En uno de sus mensajes encontramos
declaraciones como éstas: «La sinagoga es
peor que un prostíbulo... el templo de los denominados...el lugar donde se
reúnen los asesinos de Cristo...una casa peor que una taberna...una cueva de
ladrones...habitación de la iniquidad, refugio del diablo...un engendró de
perdición... en cuanto a mí, yo odió la sinagoga y odió a los judíos por la
misma razón».
Jerónimo (345-420 d.C.). Fue quien hizo la
primera traducción de la Biblia al latín conocida como «Vulgata» la versión
oficial del Catolicismo Romano. Enseñaba que los judíos eran incapaces de
entender las Escrituras y que debían ser duramente perseguidos hasta confesar
la «verdadera fe». Jerónimo fue un contribuyente a la idea de establecer el
Reino Espiritual del Mesías por medio del Imperio y por medio de la Iglesia.
IV. Los Primeros Cuatro Siglos Después de Cristo
En el primer siglo
d.C., la Iglesia estaba bien unida a sus raíces judías, y Jesús no pretendió
que fuese de otra manera. Después de todo, Jesús era judío y la base de Sus
enseñanzas era consistente con las Escrituras Hebreas. Jesús declara en Mat
5:17-18: "No penséis que he venido
para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para
cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni
una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido."
Es conocido,
también, que todos los escritores del Nuevo Testamento, con la excepción de
Lucas, eran judíos. Los apóstoles y los primeros discípulos eran judíos. Ellos
adoraban en Shabat (sábado), celebraban las fiestas judías, y se congregaban en
las sinagogas. Aún los miembros de la Iglesia primitiva en Jerusalén y en las
regiones de Judea, Samaria y Galilea eran predominantemente judíos. Se sabe,
por ejemplo, que ningún nombre no judío aparece mencionado entre el liderato de
la Iglesia en Jerusalén hasta 135 d.C., cuando aparece el primer nombre griego.
Veamos ahora porqué sucedió así. Las congregaciones cristianas en otras partes
del Imperio Romano tenían raíces judías relativamente fuertes, puesto que eran
guiadas por la escuela de pensamiento de Jerusalén. Esto se observa a través de
los nombres de muchas de las epístolas del Nuevo Pacto: las cartas para los
corintios, romanos, gálatas, efesios, filipenses, colosenses y tesalonicenses
fueron originadas desde la comunidad en Jerusalén. Los autores de las otras
epístolas también estaban muy vinculados a la congregación judeo-cristiana en
Jerusalén.
Antes de la Primera
Revuelta Judía del año 66 d.C., el cristianismo era básicamente otra secta más
dentro del judaísmo, como lo eran los fariseos, los saduceos y los esenios. Los
cristianos también eran conocidos como nazarenos. Antes de la destrucción del
Templo en el año 70 d.C., cuando Jerusalén fue arrasada por los romanos, era
común el debate en torno a las ramas del judaísmo en las sinagogas.
A manera general,
la separación vino como resultado de las diferencias religiosas y sociales
entre el pueblo judío. De acuerdo con David Rausch en su libro, “Un Legado de Odio”, hubo varios
factores que contribuyeron a esta separación:
1) La invasión
romana de Judea y la amplia aceptación del cristianismo por los gentiles que
complicó la historia del judeo-cristianismo.
2) Las guerras
romanas contra los judíos que no solamente destruyeron al Templo y a Jerusalén,
pero también obligaron que la Iglesia en Jerusalén renunciara a su posición
como centro de la religión judía3
La
acelerada aceptación del cristianismo por parte de los gentiles que condujo a
un conflicto prematuro entre la Iglesia y la Sinagoga. Los viajes misioneros de
Pablo extendieron la fe cristiana al mundo gentil y, a medida que iba creciendo
el número de cristianos, creció también su influencia, la cual desligó el
cristianismo de sus raíces judías. Muchos gentiles cristianos interpretaron que
la destrucción del Templo y de Jerusalén era señal de que Yahweh había
abandonado al judaísmo, y que había provisto a los gentiles la opción de
desarrollar su propia teología cristiana libre de la influencia de los judíos
creyentes en Jerusalén. Desafortunadamente, los judeo-cristianos se habían
distanciado de la guerra contra los romanos y de la tragedia que había
acontecido a la nación. Creyendo que la guerra era una señal del fin, huyeron a
Pella, al este del Río Jordán, abandonando a los demás judíos para que se
defiendan por sí solos. Al finalizar la guerra y al haber sufrido la
destrucción de Jerusalén y del Templo, los judíos Sabios (Sages) que pudieron
sobrevivir la victoria romana se reunieron en Yavné, una ciudad en las
planicies de Sarón cerca de Jope. Al iniciarse el período post-Templo,
consideraron que era necesario consolidar la práctica del judaísmo y el halajá
, o la Ley.
El
judaísmo adoptó la escuela del pensamiento rabínico de Hillel, la más apegada a la secta de los
fariseos. Las enseñanzas farisaicas enfatizaban la relación de cada individuo
con Yahweh, y alentaban las masas hacia una santidad basada en la rígida
observación de la Torá, a diferencia de la enseñanza de los saduceos, la cual
estaba más interesada en la práctica de los ritos del Templo. A pesar de que el
judaísmo farisaico había demostrado tolerancia hacia los judeo-cristianos, o
los nazarenos, previo a la destrucción del Templo, la asamblea de Yavné exigió
la separación entre el cristianismo y el judaísmo.
Más
tarde, en el año 132 d.C., cuando Bar Kochba organizó la Segunda Revuelta Judía
contra Roma, los judeo-cristianos tuvieron otra razón por no querer participar
en ella. Bar Kochba fue proclamado el Mesías por el Rabino Akiva. Ya que los
cristianos habían creído que Jesús era el Mesías, el participar en la revuelta
bajo el liderato de Bar Kochba significaba la negación de su fe. En 135 d.C.,
cuando la revuelta fue aplastada por el emperador romano Adrián, expulsó a
todos los judíos de Jerusalén, permitiéndoles regresar únicamente una vez al
año, en Tisha Be'av, el día destinado para la lamentación de la destrucción del
Templo. Esta prohibición también aplicaba a los judeo- cristianos, por lo que
encontramos el registro, por primera vez, de un nombre griego entre el liderato
de la iglesia en Jerusalén. En este momento histórico, la influencia hebraica
de la iglesia de Jerusalén desaparece a manos del cristianismo mundial,
determinando así el rumbo que tomaría la Iglesia de allí en adelante. Adriano
también convirtió a Jerusalén en una ciudad romana y cambió su nombre.
Separación del
cristianismo y judaísmo.
A
este momento histórico, la Iglesia ya se había separado, para todos efectos,
del judaísmo. El poder teológico y político se trasladó de manos de hombres
judeo- cristianos hacia centros de mando de tipo cristiano-gentil, tales como
Alejandría, Roma y Antioquía. Es importante comprender este cambio, porque
ejerció gran influencia sobre los Padres de la Iglesia Primitiva para que
hicieran declaraciones anti-judías a medida que se fueron desvinculando de sus
raíces judaicas. A la vez que la Iglesia fue ampliando su alcance dentro del
Imperio Romano, y su membresía no-judía fue aumentando, el pensamiento de tipo
griego y romano insidiosamente penetró y totalmente alteró la manera de
interpretar las Escrituras: desde uno de tipo judío o hebraico, a uno de tipo
griego. Esto ocasionaría muchas herejías en el futuro, algunas de las cuales la
Iglesia todavía practica en la actualidad. Una vez que el cristianismo y el
judaísmo comenzaron a tomar rumbos separados, la distancia se hizo cada vez
mayor. Los romanos habían casi en efecto suprimido al judaísmo, pero el
cristianismo se dispersaba rápidamente. Esto causó gran preocupación en Roma, y
su nueva presión política contra los cristianos fue otro factor para ampliar
aún más la brecha entre cristianos y judíos. Más tarde, con intención de
unificar el Imperio Romano, todos los ciudadanos deberían adorar y sacrificar
en honor a los dioses romanos, incluyendo al emperador, el cual era también
considerado un dios. Bajo la ley romana, el judaísmo se consideraba una
religión lícita, una religión legal, ya que existía previo a Roma. Sin embargo,
como el cristianismo comenzó a existir después de establecerse el Imperio, se
denominó una religión ilícita. Obviamente, los cristianos no podían cumplir con
esta requerida adoración pagana, por lo que se rehusaron a ella, enojando así a
la autoridad romana. Su desobediencia conllevaba castigo. Es durante este
tiempo que encontramos que los cristianos eran utilizados como deporte en los
coliseos y circos romanos, como gladiadores, o echados a los leones y otras
bestias salvajes. El emperador Nerón usaba a cristianos como antorchas humanas
para alumbrar su jardín de noche. Comúnmente arropaban cristianos con brea, los
amarraban a postes y los incendiaban.
La
continua persecución y resultante frustración de los cristianos engendró mayor
animosidad contra la comunidad judía, que para ese entonces tenía libertad para
adorar libremente. Más adelante, cuando la Iglesia llegaría a ser la religión
del estado, se legislaría en contra de los judíos en retribución a esto.
La
animosidad por parte de los cristianos hacia los judíos comenzó a reflejarse en
los escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Por ejemplo:
Justino Mártir (cerca de 160 d.C.), refiriéndose al
pueblo judío dijo: "Las Escrituras
no son de ustedes, sino nuestras".
Ireneo, obispo de León (alrededor de 177
d.C.) declaró: "Los judíos han sido
desheredados de la gracia de Dios".
Tertuliano (160-230 d.C.), en su tratado Contra
los Judíos, anunció que Dios había
rechazado a los judíos para favorecer a los cristianos.
A
principios del siglo IV, Eusebio
escribió que las promesas de las
Escrituras Hebreas eran para los cristianos y no para los judíos, pero que
las maldiciones eran para los judíos. Argumentó que la Iglesia era la
continuación al Antiguo Pacto y que, por lo tanto, es la sucesión al judaísmo.
La joven Iglesia se declaró como la verdadera Israel, "Israel según el
Espíritu", y heredera de las promesas divinas. Encontraron imperativo el
desacreditar a "Israel según la carne" para comprobar que Yahweh
había descartado a su pueblo y había transferido su amor a los cristianos. Con esto,
nació la Teología de la Suplantación, donde la "triunfante" Iglesia
suplantaba al "derrotado" judaísmo y a Israel. Esta teoría de la
Suplantación llegó a ser un fundamento principal para justificar el
antisemitismo cristiano hasta el día de hoy. Sin embargo, lo que realmente dice
el Nuevo Testamento con respecto a la relación de la Iglesia con Israel y sus
pactos es que hemos sido injertados en el olivo (Rom 11:17), de haber "sido
hechos cercanos" (Efe 2:13), que somos descendientes según "la fe de
Abraham" (Rom.4:16), y "participantes de sus bienes
espirituales" (Rom15:27), NO usurpadores del pacto y suplantadores de la
Israel física. Nosotros, los cristianos gentiles, nos hemos unido a lo que Yahweh
está realizando con Israel, siendo que Dios no ha quebrantado su pacto ni sus
promesas para con Israel (Rom.11:29).
V. La Biblia es
judaizante?
A
continuación algunos datos importantes acerca de la Biblia y veamos su origen y
pensamiento.
En
la Biblia el 78% corresponde al antiguo Pacto o Tanaj y sólo el 22% corresponde
al Nuevo Pacto.
Y
dentro del Nuevo Pacto, las expresiones hebreas y judaicas ocupan un 43%; es
decir en términos porcentuales la Biblia tiene un 90% de escritura y
pensamiento hebreo.
En
otras palabras, según el criterio equivocado acerca de qué significa judaizar,
tendríamos que concluir que la Biblia es
judaizante, ya que el 90% de ella está escrita en hebreo.
Yo
me pregunto que hace una iglesia anti judaizante con una biblia judaizante? Es
algo muy contradictorio; pero el peso de la verdad es superior a la tradición y
dogma humano.
Algo
importante anotar acerca del Nuevo Pacto es:
·
Tiene
un trasfondo hebreo
·
Habla
de la cultura hebra
·
Narra
tradiciones hebreas
·
Los
escritores son hebreos
·
Son
conceptos hebreos los que se narran ahí.
Papías, obispo de Hierapolis (Asia Menor,
siglo II) respecto al origen hebreo de los evangelios dice: “Mateo escribió las palabras del Señor en
idioma hebreo, y otros las han traducido, cada uno como mejor pudo”
(Eusebio, Historia Eclesiástica III 39, 16)
Ireneo (120-202), obispo de Lyon en Francia,
declara: “Mateo, en verdad, produjo su
Evangelio escrito entre los hebreos en su propio dialecto” (Eusebio,
Historia Eclesiástica V8, 2).
Orígenes (siglo III), en su comentario sobre
Mateo, declara: “El primer [evangelio],
compuesto en idioma hebreo, fue escrito por Mateo … para aquellos que llegaron
del judaísmo a la fe” (Eusebio, Historia eclesiástica VI 25, 4).
Eusebio, obispo de Cesárea (325 d.C.) escribe.
“Mateo había predicado primero a los
hebreos, y cuando estaba a punto de ir también a los demás, transmitió su
evangelio por escrito en su idioma natal” (Eusebio, Historia Eclesiástica
III 24, 6).
A
parte de esto, hay mucha evidencia de que el NP se escribió en hebreo, tenemos
una Biblia hebrea, seguimos a un Mesías hebreo, entonces no sería lógico,
seguir las enseñanzas de Jesús y no la de los hombres?
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